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Blog del Profe Emilio

Ser profe y no morir en el intento

Algunas pautas para ser profe y no morir en el intento

No dejan de sorprenderme aquellos que han decidido dedicarse a la docencia pero pasan el día renegando de ella. Me producen la misma impresión que me produciría un bombero que echara pestes cada vez que tuviera que abandonar la partidita de mus con sus colegas de guardia, porque hay que apagar un fuego o salvar una vida.


El otro día prometí dar unas pautas sobre cómo pienso que se puede llegar a ser un profesor y no morir en el intento sin saberse más de tres nombres de juegos de la Play ni tener el curso de artista circense y creo que el primer párrafo da muchas pistas. Porque está claro que si te dedicas a esto, unos cuantos fuegos al día te va a tocar apagar. El problema aparece cuando no se relativizan un poco esas situaciones. Todos tenemos tendencia a imaginarnos un mundo ideal en el que alumnos ansiosos de conocimientos esperen nuestra lección magistral con los oídos bien abiertos, o al menos tengan algo más dentro de la cabeza que un insidioso afán por tocar las narices (y cuantas más narices tocan –compañeros, compañeras, profesores, conserjes, jefes de estudios…- parece que se fueran más contentillos a casa).


Así que el primer paso para no fracasar en el noble intento de ser profe es asumir que en este negocio toca quemarse…y hay que tomárselo con el mejor humor posible. No es difícil cuando uno ve desde fuera las situaciones tan surrealistas con las que lidia cada día (hoy mismo han llegado tres alumnos de 2º ESO diez minutos tarde porque tenían que acompañar a una alumna de 3º que está con muletas…¡¡los tres!! y lo dicen tan frescos oye…)


El siguiente paso es ser fiel a uno mismo. No hay nada más patético que alguien sin gracia tratando de ser gracioso, porque puede acabar siendo graciosillo (generalmente abusando de la ironía), y los chicos con los profes graciosillos son especialmente crueles. Ser fiel a uno mismo da mucha tranquilidad, evita que tengas que enfrentarte cada mañana con el espejo para buscar tu propia identidad, y eso, a partir de cierta edad, da bastante pereza.


Total que, si te quemas sin dejar de ser tú mismo creo que no vas por mal camino.


Pero hay un tercer paso imprescindible: Tener unas dosis bastante altas de empatía…que viene a ser algo así como “saber ponerse en el lugar del otro en cada momento”. Y el otro es un alumno que puede haber tenido dos exámenes esa mañana, haber estado castigado sin recreo y haber cortado con su novia, y todo eso en menos de tres horas. El otro es un grupo de personas con un nivel bien alto de hormonas que no se suele encontrar especialmente motivado con la idea de que “la célula es la unidad anatómica y funcional de los seres vivos”.


Con estas tres patas, el taburete emocional de un profesor se sostiene un poquito mejor, y está en condiciones de poner los medios para hacer su trabajo lo mejor posible.


Y nos repiten que para hacer bien nuestro trabajo tenemos que dejar que sea el alumno el que construya su aprendizaje, y que busquemos recursos para motivarle, y que adaptemos los contenidos y los procedimientos a la realidad concreta del aula concreta. Estoy casi seguro de que si consiguiera acabar uno de esos libros escritos por pedagogos de despacho pediría cita al psicólogo en menos de veinticuatro horas.


De entrada todas esas cosas no se pueden hacer en un aula que tiene más de jaula de grillos que de aula, así que antes de nadahay queconseguir un mínimo de respeto (y de eso no se habla mucho en esos libros). Lo de conseguir un clima de respeto lo podemos abordar en otro momento, baste con un par de normas básicas: respeta si quieres ser respetado y sé fiel a tu código de buena conducta (que se podría simplificar en cumple tus “amenazas”)


Llevar la clase bien estructurada ayuda mucho: diez minutos de leer en voz alta, cinco minutos un poquito de explicación, diez minutos tres ejercicios en el cuaderno, otra poquito de explicación mientras corrigen los ejercicios. Está claro que empeñarse en dar una clase universitaria magistral no funciona en el mejor de los casos hasta que no te toca en suerte un grupo bueno de 4º ESO. Y de cuando en cuando algo fuera de lo normal: una clase en el aula de informática, un trocito de vídeo, una presentación de power point, un concursito, una práctica magistral de laboratorio…


Y por último...la clave para vivir con dignidad este oficio esllegar a los alumnos. A los alumnos no se llega siendo un profe superguay de la muerte (de esos de serie barata de televisión)…sino teniendo verdadero interés por sus circunstancias y eso es un arte que a mí me gusta llamar cariño, y que como cualquier arte requiere altas dosis de dedicación y esfuerzo: sonreír por los pasillos con más sueño que vergüenza, abrir las dichosas clases una y otra vez a los olvidadizos, ensañarse en los valores positivos que todos, absolutamente todos, tienen, y así un día y otro.


Creo que este post ha quedado más como un capítulo de un libro de esos de autoayuda que como un post, pero si has llegado hasta aquí y te ha podido ayudar en algo me alegro.



Física o Química Es el título de la serie que se estrenó en antena 3TV (española). La verdad es que nunca he conseguido que una serie me enganche más allá del primer capítulo (el que no tiene anuncios), y movido por la curiosidad aguanté más de media hora viendo de qué iba la fiesta.
Unas cosas me gustaron más y otras menos. Por ejemplo:
Está bastante bien reflejada la relación que se vive actualmente en el aula entre profes y alumnos, todo es un equilibrio inestable en el que siempre hay un grupo de alumnos absolutamente deshinibido que comenta lo que el profe dice (venga a cuento o no), que comenta lo que el otro compañero dice (venga a cuento o no), que trata de ser gracioso... y en ese desequilibrio el profeseencuentra de cuando en cuandocomo si de un mero espectador se tratase(vamos que no sólo se interrumpe la clase sino que se ponen a hablar entre ellos como si tú ya no estuvieses allí...porque ellos son los "amos". Me temo que esas situaciones de "ignoramiento" son las que más pupa hacen a muchos profes).
Y está bastante bien reflejado el hecho de que en la enseñanza que nos ha tocado vivir no es suficiente que el profe sea un buen profe...además tiene que ser enrolladete, saber psicología, tener buena presencia...y si me apuras saber jugar al fútbol, ir peinado a la moda o hablar su xtrñ lngje...
Pero estoy convencido de que se puede ser buen profe sin ajustarse al patrón que propone la serie...otro día cuento cómo que ha tocado el timbre...
La Poesía es el alma de las palabras

Volver a ser día...


Cuando la tierra se hunda
las penas y alegrías se desbarranquen
y todo sea por siempre oscuro
ese día...volverá a brillar tu luz...
Me levantaré de las tinieblas
surcaré cielos tenebrosos sin estrellas
nubes negras en el presagio..
volveré a tu luz que me alcanza.
Rojo el horizonte...rojo el mar
el sol perdido en tus manos que me tocan,
abriré mi ojos de eterna oscuridad
veré un relámpago, tu alma
tea de pasion que abrazará a la mía
.....................y volverá a ser día..

Grandes marginados y olvidados de nuestras vidas (los caramelos de anís y alguna cosa más)

En nuestras vidas pasan muchas cosas, personas, hechos sin que les demos la relevancia que les damos a otros. Hoy voy a hablar (bueno,escribir) sobre alguno de ellos.
En primer lugar, cuando nos regalan una bolsa de caramelos o cuando nos ofrecen, siempre tiramos a los mismos, que si los rellenos, o los típicos de naranja, limón, fresa y algún sabor nuevo que lo cogemos (tomamos para méxico) para "ver a lo que sabe", pero siempre, siempre, siempre se quedan para el final los pobres caramelos de anís y de coco ¿acaso no tienen ningún derecho?, ¿qué habrá hecho el caramelo de anís en otra vida para ser tan repudiado?, y tampoco nos olvidemos de los caramelos de miel ¡¡¡pobres¡¡¡.
Siguiendo con la parte gastronómica, lo mismo pasa con los surtidos de galletas, las primeras en ser ventiladas, las envueltas, para continuar con las de chocolate y terminamos con las rellenas, y al final ¿quién queda para el final? las galletas típicas de toda la vida, que pasa el tiempo y siguen aguantando en la caja sin que nadie mire para ellas.
Otra de las grandes marginadas en esta vida, y ahora paso a la vida diaria, son las yogurteras y sandwicheras, cuando se compran (o se regalan) se hacen con la mayor ilusión, y el primer día se hacen unos yogures con gran éxito de público y de sabor, a los dos días se vuelve a hacer, pero al tercer día ya son condenadas al ostracismo más cruel y nadie vuelve a mirar para ella y quedan relegadas a la parte trasera del armario de la cocina, y nos volvemos a encontrar con ella cuando toca hacer zafarrancho, pero una cosa curiosa, siempre se vuelve a colocar en el mismo sitio, sabiendo que no se va a usar nunca más ¿por qué la gente no la tira?, algo de cariño debe de haber ante ella. Por cierto ¿existe en el mundo alguien que se le haya roto la yogurtera y vavan corriendo a comprar otra?, me parece que no existe esa persona.
Y me estoy dando cuenta que me está quedando un post demasiado largo, y a lo mejor ya estoy aburriendo al personal, pero me gustaría hablar de otros marginados, son los actores "terciarios", o sea que no son ni principales ni secundarios, y que vemos en muchas películas y series, ahora mismo me viene a la cabeza un chino con melena negra que siempre salía en las películas de acción, nunca hablaba nada, pero cada vez que había bronca ahí estaba él, porque normalmente hacía el papel de guardaespaldas o sicario de alguno de los protagonistas, y ahí estaba él detrás con los brazos cruzados y las cejas arqueadas como intentando meter miedo al personal. Y otro de los "terciarios" que me acuerdo, seguro que los que siguen la serie "El Comisario" se darán cuenta, hay un hombre de pelo blanco que sale en todos los capítulos, cuando hay un muerto ahí está él recogiendo pruebas, cuando salen en la comisaría sale en la puerta identificando a todos los que pasan por ahí, pero nunca le oí decir una sola palabra ¿se sentirá realizado así?, lo dudo mucho.
Bueno, pues sirva este humilde post para hacer un homenaje a esos grandes marginados que nos cruzamos casi diariamente en nuestras vidas ¿conoceis algún marginado más?
PD.-Hay que darle más oportunidades al pobre caramelo de anís, está muy bueno.

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